sábado, diciembre 22, 2018

EL ESPÍRITU DE LA NAVIDAD


Por Juan Alberto Courtois

¡Pide con amor y fe lo que realmente es justo y necesario a tu vida
y todo te será concedido!

Navidad, tiempo de fraternidad y alegría, época del año en que se respira un dulce vibrar, el aire trae algo especial que produce contento y gozo en nuestros corazones, se siente la presencia de la gracia divina en la atmósfera, el Amor. Basta con respirar profundamente y elevar nuestra mirada al firmamento para sentir esa presencia tan especial que todo lo abarca, que todo lo impregna, que todo lo cubre con su Amor.

Buscando entre mis archivos de recortes, encontré una información que le podrá aclarar el hermoso misterio de la vibración sutil que sentimos en Navidad; se titula "Presentación del Maestro Natividad" dado en la voz del Maestro Ascendido Uriel. Como un aporte en estas Navidades a mis queridos compañeros de estudio, lo transcribo a continuación:


"Hace unos 82.000 años terrestres, llegó al Planeta Tierra un bello ser proveniente de galaxia muy lejana. Él habitó en la zona que hoy se conoce con el nombre de Escandinavia. Con su contagiosa alegría y su poder de precipitación, iba impartiendo, de zona en zona sus conocimientos sobre la vida en otros universos. Era alto, delgado y de aspecto muy juvenil. Su cuerpo emanaba brillante luz de tonalidad rojo-dorada.

La mayoría de la gente que vivía en aquel entonces no daban la importancia de hoy día a las piedras preciosas por lo cual este Maestro, una vez cada año, iba siempre precipitando grandes cantidades de oro y de estas piedras a los habitantes de los lugares que recorría. Estos dones los precipitaba de la "Sustancia Universal" en grandes cantidades, como un obsequio valioso y eran recibidos como regalos de condensación de energía los cuales se utilizaban para bien, sin ninguna codicia ni vanidad.

Todo se repite en los ciclos de existencia y por entonces, la humanidad comenzó también a olvidarse de su perfecta coordinación con lo divino. Debido a la ambición de lo externo, los seres humanos se densificaron y los Seres de Luz, los Maestros, entre ellos este magnífico ser hoy conocido por ustedes como el Maestro Natividad, se retiraron de la Tierra y desapareció de la vista física las bellas ciudades y los templos de luz,

Como todas las leyendas, ésta del Amado Natividad tiene su fondo de verdad. Debido a su gran generosidad él se convirtió en la figura de un hombre dispuesto siempre a ofrecer millones de regalos cada año. La imagen de su gran sabiduría hizo de él un anciano. Su cuerpo que irradiaba luz rojiza, dio lugar a la vestimenta de ese color que siempre lleva "Santa Claus" y las características tradicionales de la región fría son un reflejo de los países donde él viva. Sus relatos sobre las diferentes galaxias, que maravillaban a los habitantes de entonces, hoy lo han colocado en un trineo que vuela por los cielos.


El Amado Maestro Natividad sirve en el Rayo Oro-Rubí y cada año lo acompaña una legión de ángeles que están a nuestro servicio. Nuevamente, siempre baja a la atmósfera de la Tierra durante las fechas tradicionales de Navidad, para irradiar su alegría, la prosperidad y abundancia, pues ama mucho a ese bello planeta de ustedes.

La mejor manera de honrar su servicio es alejar, para siempre, de la mente cualquier pensamiento de escasez, toda duda sobre la provisión justa y divina, manteniendo la calma sobre aquellas cosas que llaman "materiales".

Tanto el Amado Maestro Natividad como todos nosotros, los Ascendidos Seres, estamos permanentemente a vuestro lado y no tan solo en las fechas de Navidad.

El nombre más conocido con el que todavía el mundo honra a este Maestro es "SAN NICOLÁS".

El Maestro Natividad no tiene el aspecto como lo representan tradicionalmente, con barba y gordo, ya que es un ser muy hermoso. Rubio, con ojos muy grandes de color azul, cara ovalada, alto y delgado. El Maestro Natividad envía la provisión y suministro a toda la humanidad. Es el encargado de traer, cada fin de año, la abundancia, juntamente con la radiación de Paz, Amor Divino, Unión y Fraternidad".

La noche del 21 de diciembre, baja a la atmósfera de la Tierra con la misión de dar y esa es su oportunidad. Entonces los "Servidores de la Luz en la Tierra" le damos la bienvenida en nuestros hogares, en nuestro corazón y en el Planeta, él no nos visita físicamente; pero irradia su amor y su bondad, todo su poder y la opulencia en grande. Como va acompañado por legiones de servidores siempre dispuestos a dar, es muy posible que se cumplan las peticiones rápidamente para aquellos que lo hacen de corazón, con suficiente fe. Baja siempre cada 330 días aproximadamente y permanece poco tiempo. A esto se debe el ambiente contagioso de alegría y regocijo que se repite cada Navidad.

Hay que abrir el corazón a las bendiciones de este Maestro, trabajar más intensamente con las Llamas Violeta y Rosa para facilitarle la labor en el Planeta y que pueda cumplirla a cabalidad. Por supuesto, cada hogar deberá procurar estar en paz y suficientemente armonizado.

Los días en que los equipos de trabajos y las diferentes agrupaciones de buscadores de su luz interna se reúnen en sus actos de fin de año para dar la bienvenida al Maestro Natividad, aunque él no haya descendido aún a la atmósfera de la Tierra, toma en cuenta, con amor, las peticiones de cada uno desde su corazón y las envuelve en la aureola de su Luz Brillante.

Puesto que existe "La Ley de Mentalismo" y el pensamiento viaja siempre en el espacio de mente a mente (la Telepatía Cósmica es una realidad), no precisa ningún Maestro Ascendido estar presente en alguno de sus cuerpos sutiles para oír lo que le estamos diciendo

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