Este es un evento maravilloso sobre el cual hay que meditar profundamente, ya que es cada vez menos comprendido, con el materialismo actual, la navidad se ha convertido en una fiesta sin trascendencia.
Así como el sol físico avanza hacia el norte para dar vida a toda la creación, así también el Sol espiritual, el Cristo nos da vida si aprendemos a cumplir sus mandamientos.
En las sagradas escrituras se habla claramente de BELEM y de un establo donde el cristo nace. Ese establo está dentro de nosotros mismos, aquí y ahora. Precisamente en ese establo interior moran los animales del deseo, todos esos yoes pasionarios que cargamos en nuestra psiquis, LOS EGOS.
El descenso del Cristo al corazón del hombre es un acontecimiento cósmico y humano de gran trascendencia que se corresponde a la Iniciación, al nacimiento de un Iniciado, un ser Iluminado por ese Principio Crístico Universal. Desafortunadamente no se ha entendido ciertamente lo que es el Cristo. El UNGIDO.
El cristo está más allá de la Personalidad, del YO y de la Individualidad. “El Cristo es una realidad de instante en instante, de momento en momento. El Cristo Intimo puede transformarnos totalmente, él adviene a nosotros cuando el Ego muere”.
Inútilmente habría nacido Jesús en Belem, si no naciera, si no resplandeciera también en nuestro corazón. Inútilmente habría muerto y resucitado allá, en la Tierra Santa, si no muere y resucita también en nosotros. Debemos conectarnos con nuestro Cristo íntimo, que nazca en nosotros. Esa es la Natividad, la NAVIDAD.
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