Una persona es enorme para uno, cuando habla de frente y vive de acuerdo
a lo que habla, cuando trata con cariño y respeto, cuando mira a los ojos y
sonríe inocente.
Es pequeña cuando sólo piensa en sí misma, y le hace creer a los otros
que piensa en ellos cuando se comporta de una manera poco gentil, cuando no
apoya, cuando abandona a alguien justamente en el momento en que tendría que
demostrar lo que es más importante entre dos personas:
La Amistad, el compañerismo, el cariño, el respeto, el celo y así mismo
el amor.
Una persona es gigante cuando se interesa por tu vida, cuando busca
alternativas para tu crecimiento, cuando sueña junto contigo.
Cuando trata de entenderte, aunque no piensen igual.
Una persona es grande cuando perdona, cuando comprende, cuando se coloca
en el lugar del otro, cuando obra, no de acuerdo con lo que esperan de ella,
pero de acuerdo con lo que espera de sí misma.
Una persona es pequeña cuando se deja regir por comportamientos clichés.
Cuando quiere quedar bien con todos, cuando maneja a la gente, como un
titiritero y lamentablemente siempre hay gente que no tiene convicciones y se
deja manejar.
Una misma persona puede aparentar grandeza o pequeñez dentro de una
relación, puede crecer o disminuir en un corto espacio de tiempo.
Una decepción puede disminuir el tamaño de un amor que parecía ser
grande.
Una ausencia puede aumentar el tamaño de un amor que parecía ser ínfimo.
Una decepción puede terminar con el respeto por alguien, de muchos.
Una acción correcta puede enaltecer a otros.
Es difícil convivir con esta elasticidad: Las personas se agigantan y se
encogen a nuestros ojos.
Ya que nosotros juzgamos a través de centímetros y metros, sino de
acciones y reacciones, de verdades o falsedades, de expectativas y
frustraciones.
Una persona es única al extender la mano, y al recogerla
inesperadamente, se torna otra.
El egoísmo unifica a los insignificantes, a los perdedores, a los
falsamente llamados diplomáticos.
No es la altura, ni el peso, ni la belleza, ni un título o mucho dinero
lo que convierte a una persona en grande.
Es su honestidad, su decencia, su amabilidad y respeto por los
sentimientos e intereses de los demás:
Por su sensibilidad sin tamaño.
Williams Shakespeare
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